ARTÍCULOS

DOI: 10.22395/angr.v15n29a7

 

Análisis interdisciplinario del estado actual de la cultura ambiental desde los componentes técnico, social, comunicacional y pedagógico. La universidad y su apuesta al desarrollo sostenible*

 

Interdisciplinary Analysis of the Current Status of Environmental Culture from Technical, Social, Communicational and Pedagogical Components. The University and its Commitment with a Sustainable Development

 

 

Ana Lorena Malluk Marenco**; Flor Delgado Sánchez***; Rafael Figueroa Altamiranda****

 

** Comunicadora social–periodista; magíster en Comunicación; Grupo Comunicación y Educación COEDU; Escuela de Ciencias Sociales y Humanas; Universidad Pontificia Bolivariana; ana.malluk@upb.edu.co

*** Psicóloga; magíster en Educación; Grupo Calidad de Vida CAVIDA; Escuela de Ciencias Sociales y Humanas; Universidad Pontificia Bolivariana; Seccional Montería; Colombia. flor.delgado@upb.edu.co

**** Licenciado en Ciencias Sociales; magíster en Proyectos de Desarrollo Social; Escuela de Ciencias Sociales y Humanas; Universidad Pontificia Bolivariana; Seccional Montería. rafael.figueroa@upb.edu.co

 

Recibido: 2016–04–26
Enviado a pares: 2016–05–05
Aprobado por pares: 2016–05–28
Aceptado: 2016–06–10

 


RESUMEN

El artículo plantea los desafíos que trae consigo el análisis del estado actual de la cultura ambiental; más aún cuando la universidad es considerada la institución divulgadora de conocimiento y formadora de ciudadanos promotores de ideas, decisiones y comportamientos que contribuyan al desarrollo ambiental sostenible.

Se caracterizaron las realidades ambientales que dan origen al escenario actual, para a partir del aporte de los grupos de interés, iniciar el proceso de construcción del escenario posible y deseable. El análisis documental, la revisión de los planes de estudio y la encuesta fueron las estrategias metodológicas que aportaron a la documentación teórica, la interpretación de evidencias y la interacción de los investigadores con los actores y sus realidades.

Los resultados evidenciaron que en la Universidad Pontificia Bolivariana, seccional Montería, la relación hombre–sociedad–naturaleza se ve afectada por el uso y ahorro de materias primas, energía y agua; manejo de residuos sólidos y líquidos; aprovechamiento de zonas comunes; análisis ambiental en los planes de estudio; apropiación del ciudadano; uso de la comunicación para generar procesos de transformación social, y desarrollo de proyectos de investigación y de iniciativas de proyección social en materia ambiental.

PALABRAS CLAVE

cultura ambiental, sociedad, universidad, educación, comunicación.


ABSTRACT

This article poses challenges that the analysis of the current status of environmental culture brings; even when the university is considered the institution for disclosing knowledge and educate citizens who promote ideas, decisions and behaviors contributing to the sustainable environmental development. Environmental realities which originate the current arena were characterized, so from the contribution of interest groups, the construction process of a possible and desirable arena may be started. The documental analysis, revision of courses of study and the survey were the methodological strategies, which contributed to the theoretical documentation, the interpretation of evidences, and the interaction of researchers with actors and their realities.

Results evidenced that in Universidad Pontificia Bolivariana, Montería campus, man–society–nature relation has been affected by the use and savings of raw materials, energy, and water; solid and liquid residues handling; use common zones; environmental analysis in courses of study; appropriation of the citizen; use of communication for generating social transformation processes, and development of research and social projection projects in environmental issues

KEY WORDS

environmental culture, society, university, education, communication


 

 

Introducción

El progresivo deterioro que experimenta la sociedad actual se atribuye a valores, creencias y actitudes ambientales que generan determinados comportamientos o conductas ecológicas, lo que en conjunto determina la cultura ambiental. Frente al uso exacerbado e irracional de los recursos naturales, académicos, investigadores y expertos estudian los fenómenos asociados al problema y avanzan en la construcción de escenarios que contribuyan al desarrollo ambiental sostenible y, por ende, al mejoramiento de la calidad de vida.

Si la cultura es un término globalizador que incluye todo aquello que la humanidad ha incorporado en la naturaleza –con el fin de dominarla, transformarla, establecer relaciones sociales acertadas, generar respuesta a sus interrogantes y tener su propia cosmovisión (Beldarrín, 2004)–, el ser humano es portador de valores culturales. Se comprende así la cultura ambiental como la forma en que las personas se relacionan con el ambiente; de ahí que su tratamiento implique la necesidad de un enfoque educativo y cultural, que se aborde desde los valores, creencias, actitudes y comportamientos ecológicos (Bayón y Morejón, 2005).

La Organización de las Naciones Unidad –ONU– plantea la importancia de realizar una labor de educación en cuestiones ambientales para ensanchar las bases de una opinión pública bien informada y de una conducta de los individuos, de las empresas y de las colectividades inspirada en el sentido de su responsabilidad en cuanto a la protección y mejoramiento del medio en toda su dimensión humana (Programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente, 2005).

En vista de que la cultura ambiental es un tema amplio, complejo y objeto de intervenciones de diferentes disciplinas y actores, la Universidad Pontificia Bolivariana define dentro de los elementos fundamentales de su filosofia la antropologia cristiana, que propende por la íntima relación hombre–naturaleza (Universidad Pontificia Bolivariana, 2005); la importancia de fortalecer la línea Entorno–generación de procesos interdisciplinarios de investigación y docencia para la solución de problemas ambientales actuales, y la realización de programas y actividades en el ámbito cultural y en la protección del ambiente como elemento de la formación integral (Universidad Pontificia Bolivariana, 2013).

Aunque la institución dimensiona la importancia de la relación hombre–naturaleza, la mayor problemática ambiental se evidencia en las creencias y comportamientos que manifiesta la comunidad en cuanto al uso, ahorro y manejo de materias primas, energía y agua; residuos sólidos y líquidos, y zonas comunes, además del análisis ambiental en los planes de estudio, el nivel de información que circula en torno al tema y el desarrollo de proyectos de investigación e iniciativas de proyección social en materia ambiental.

El presente proyecto, con una mirada interdisciplinaria, analiza el fenómeno desde los componentes técnico, social, pedagógico y comunicacional, para conocer las creencias, valores, actitudes y comportamientos de la población. El diálogo de saberes entre la Ingeniería y las Ciencias Sociales y Humanas amplía aún más el horizonte, para permear la cultura ambiental universitaria a través del abordaje de la realidad de manera integral y transversal, la comprensión del pensamiento y comportamiento de estudiantes, docentes y administrativos, la definición de puntos críticos susceptibles para la intervención, y la toma de decisiones para el mejoramiento.

 

Metodología

La investigación diseñó diferentes estrategias que aportaron a la documentación teórica, la interpretación de evidencias y la interacción de los investigadores con los actores y su contexto. El contacto con los grupos de interés a través del análisis documental, la revisión de los planes de estudio y las encuestas facilitó la caracterización de la realidad ambiental que dio origen al escenario actual. Los aportes condujeron a la construcción del escenario posible y deseable.

En el presente caso se emplearon las siguientes técnicas:

– Análisis de los documentos institucionales de la Universidad Pontificia Bolivariana que abordan la relación hombre–naturaleza y dimensionan la formación integral a partir de lo ambiental. Se empleó la ficha temática para estudiar las categorías de análisis relacionadas con los componentes técnico, social, pedagógico y comunicacional.

– Revisión de los planes de estudio de los 13 programas académicos de pregrado para la identificación y análisis de temáticas, programas, proyectos de investigación e iniciativas de proyección social en materia ambiental. Con la ficha temática se estudió la categoría relacionada con el componente pedagógico.

– Encuesta dirigida a estudiantes, docentes internos y administrativos para evidenciar las creencias y comportamientos en cuanto al uso, ahorro, manejo de materias primas, energía, agua, recursos naturales y zonas comunes. Asimismo se verificó la existencia de programas, proyectos de investigación e iniciativas de proyección social en materia ambiental, y se diseñó y aplicó un instrumento tipo escala de Likert para medir las categorías relacionadas con los componentes técnico y social. El instrumento contó con 48 ítems distribuidos en cuatro categorías de análisis; se formularon 33 proposiciones de manera positiva y el resto de forma negativa, utilizando en la redacción expresiones claras, un lenguaje al alcance de toda la muestra y evitando tecnicismos. En dicha escala las opciones de respuesta fueron: Muy de acuerdo (5), De acuerdo (4), Ni de acuerdo ni en desacuerdo (3), En desacuerdo (2) y Muy desacuerdo (1).

– Encuesta aplicada a estudiantes, docentes internos y administrativos para conocer su nivel de información con respecto al tema ambiental. Así, se midió la categoría de análisis relacionada con el componente comunicacional, que contempló cinco interrogantes y distintas opciones de respuesta.

Con base en el problema, la pregunta y los objetivos de la investigación se identificaron cuatro categorías de análisis y sus subcategorías.

 

Diseñados los instrumentos se sometieron a juicio de expertos, uno técnico y otro metodológico, para el ajuste de la redacción de las preguntas y la comprensión de las mismas. Por su parte, el marco muestral permitió identificar los elementos de la población objetivo, que se dividió en tres grupos de interés o estratos de muestreo: estudiantes de pregrado, docentes internos y administrativos.

 

El tamaño muestral fue probabilístico; todos los elementos de la población tuvieron igual posibilidad de ser seleccionados de acuerdo con el estrato o grupo al que pertenecen. Con un muestreo aleatorio simple estratificado (MAS), el tamaño máximo de muestra se estimó con una confianza del 95 %, error de muestreo de 5% y proporción P = 0,5 en cada estrato. En este sentido, se otorgó mayor tamaño muestral al estrato más grande, para un tamaño de muestra de 327 personas.

 

Para la selección de las personas a las que se les aplicó la encuesta se aplicó el método de selección coordinado negativo por cada estrato, para garantizar la aleatoriedad en la selección de los grupos que fueron estudiados.

 

Resultados

Los resultados que se presentan a continuación son producto de la interrelación sistemática de los instrumentos y las categorías de estudio. El análisis y la interpretación se hicieron teniendo en cuenta los componentes técnico y social, pedagógico y comunicacional que a continuación se describen:

 

Componentes técnico y social

Una vez aplicada la escala de Likert se analizaron e interpretaron los datos. Para tal efecto se expresan los resultados de acuerdo con las categorías de análisis: cultura ambiental, recursos (agua, energía y aire), residuos sólidos (gestión integral) y espacio (zonas comunes).

Para el análisis estadístico se elaboraron tablas de contingencia para los ítems de cada una de las categorías de la escala de Likert por el tipo de vinculación y se calcularon los porcentajes de las opciones de las preguntas dentro de cada tipo de vinculación y en el total de la muestra. El propósito fue observar la percepción por cada tipo de vinculación para identificar si existe diferencia estadística o dependencia en las respuestas; para este fin, se utilizó la prueba chi–cuadrado con una significación de 5 %. (p–valor<0.05).

Una vez revisadas las 48 tablas de resultados se escogieron 23, que corresponden al 48 %. Cada tabla especifica las respuestas por tipo de vinculación.

 

Categoría 1: Cultura ambiental

 

 

 

 

 

 

 

Categoría 2: Recursos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Categoría 3: Residuos sólidos

 

 

 

 

 

Categoría 4. Espacio

 

 

COMPONENTE COMUNICACIONAL

 

 

 

 

 

COMPONENTE PEDAGÓGICO

Por medio de la técnica de la revisión documental se identificó el documento institucional, la fecha de publicación y el abordaje de la cultura ambiental desde los planes de estudio. En el cuadro se destacan los principales aportes.

 

En el proceso de revisión de los planes de estudio de los 13 programas de pregrado que ofrece la Universidad Pontificia Bolivariana Seccional Montería, entre los que se encuentran: Comunicación Social–Periodismo, Psicología, Derecho, Administración de Empresas, Economía, Arquitectura, Ingeniería Civil, Ingeniería Mecánica, Ingeniería Electrónica, Ingeniería Industrial, Ingeniería Agroindustrial, Ingeniería Sanitaria y Ambiental e Ingeniería Informática, se identificó que cinco programas ofrecen cursos que se relacionan con el ambiente, lo que se debe a la especificidad de la disciplina y no a la construcción de una cultura ambiental institucional.

 

 

Además, la Universidad ha liderado el proyecto Reciclando Ando: la nueva cultura del reciclaje en la ciudad de Montería, iniciativa de proyección social creada y gestionada por el programa de Comunicación Social–Periodismo desde el año 2008 con el fin de promover la importancia del ciudadano como agente de cambio, el uso de la comunicación y los medios para la libertad de expresión, la reflexión en torno a las necesidades y retos de la comunidad y el cuidado del medio ambiente a través del tratamiento adecuado de los residuos sólidos.

Por ocho años consecutivos, se ha beneficiado a 160 líderes y madres comunitarias de nueve barrios, 190 estudiantes de ocho instituciones educativas oficiales, un centro social y una fundación. Solo existe un proyecto de este tipo en la institución, que a pesar de tener un fuerte componente ambiental, no es liderado por el Programa de Ingeniería Sanitaria y Ambiental.

 

Conclusiones

– Existe una disonancia entre el conocimiento ambiental que tienen los estudiantes de pregrado, docentes, administrativos y su forma de actuación en el contexto universitario; no hay correspondencia entre el pensamiento y el comportamiento de la comunidad universitaria con respecto al tema ambiental. A pesar de que conocen la importancia y uso de los recursos, residuos sólidos y espacios, no se evidencia en el quehacer institucional la práctica generalizada de valores y normas para la consolidación de la cultura ambiental.

– A pesar de que la comunidad académica y administrativa reconoce su grado de responsabilidad en el manejo integral de los residuos sólidos, la consideran función exclusiva del personal de servicios generales de la institución. Se evidencia que aunque el compromiso ambiental es un asunto que compete y compromete a todos los miembros de la organización, en la Universidad falta acción colectiva debido al poco compromiso de los diferentes actores.

– Existe interés por el ambiente; más aún, cuando el personal considera que la institución no es ajena a esta problemática que afecta a la sociedad actual. Llama la atención la indiferencia de los estudiantes; en sus respuestas no toman una posición definida frente al tema. No obstante, se destaca la necesidad y urgencia de desarrollar iniciativas de cambio en lo que respecta a las prácticas inadecuadas que se dan en las zonas comunes, principalmente en las cafeterías, sala de estudio, patio salón, pasillos, salones de clase, baños, entre otros.

– Es fundamental afianzar el componente pedagógico en la Universidad para promover la cultura ambiental. En la actualidad, solo algunos programas académicos de las Escuelas de Derecho, Ciencias Sociales y Humanas, e Ingeniarías y Arquitectura contemplan en sus planes de estudio cursos relacionados con el tema ambiental, a pesar de ser un tema de importancia mundial. Falta permear los currículos con cursos, proyectos, programas, iniciativas y acciones que aporten al desarrollo de la cultura ambiental en la institución y en la sociedad; más aún, cuando existe disposición de docentes y administrativos para tomar cursos de este tipo; se destaca el grado de motivación de estos últimos.

– En cuanto a los recursos de agua y energía, se evidencia una actitud positiva frente al uso adecuado del agua y se asocia principalmente el ahorro de energía con la disminución de costos económicos. Preocupa que solo un grupo de interés reconoce que recibe información respecto al ahorro de energía y reciclaje. Asimismo, el tema del ahorro se relaciona principalmente con el factor económico, dejando a un lado la conciencia ambiental que debe generar este tipo de prácticas ciudadanas.

– El tema de los residuos sólidos no es fácil de abordar en la institución; hasta el momento no ha sido posible su gestión integral debido a la falta de políticas y lineamientos en materia ambiental.

– La Universidad ha invertido en la compra de canecas de colores –dispuestas en puntos estratégicos– y ha realizado jornadas de sensibilización e información para su uso adecuado porque se evidencian dificultades en la clasificación y manejo de los diferentes tipos de residuos; a lo anterior, se suma la falta de personal encargado del proceso de separación, clasificación y disposición final. Con respecto al reciclaje, la población no tiene una posición clara frente al tema, motivada por la poca información que tiene y la falta de conciencia ambiental en materia de reducción, reutilización y reaprovechamiento de los residuos sólidos que se producen en la Universidad.

– En lo que respecta al espacio, un porcentaje significativo de la población considera que el mantenimiento y conservación de las zonas comunes no es responsabilidad de todos. Preocupa su comportamiento en lugares de esparcimiento como las cafeterías, sala de estudio y salón de descanso; así como también en pasillos, baños y salones de clase. A pesar de que la institución ha realizado una importante inversión en materia de remodelación, construcción y adecuación de la infraestructura, acompañada de campañas de información y educación, lideradas desde el área de Bienestar Universitario, es notable su pronto deterioro, producto del mal uso del espacio principalmente por parte de los estudiantes de los diferentes programas académicos.

– Existen documentos institucionales que expresan de forma explícita o implícita la declaración de la Universidad Pontificia Bolivariana Seccional Montería en materia ambiental. No obstante, aunque los Estatutos Generales, el Proyecto Institucional, el Modelo Pedagógico Integrado, el Régimen Docente, el Régimen Discente, el Código del Buen Gobierno, el Espíritu Bolivariano, el Plan de Internacionalización, los Fundamentos, definición y políticas de la proyección social, el Plan de Desarrollo 2012–2013, el Plan de Desarrollo Institucional Seccional Montería 2014–2016, son las principales cartas de navegación al respecto, no existe una política ambiental que plantee los lineamientos y directrices para el diseño, implementación y seguimiento de proyectos, programas, iniciativas y acciones que permitan fomentar las actitudes proambientales entre la comunidad universitaria, y por ende, la cultura ambiental.

– El uso de recursos y de espacios, el manejo de los residuos sólidos y la falta de gestión integral son problemáticas que afectan la cultura ambiental; falta generar estrategias ambientales que contrarresten los problemas existentes. Es vital la inclusión de escenarios de participación ciudadana en la construcción del ideal de cultura ambiental para garantizar la participación, concertación e inclusión de los diferentes estamentos como acción estratégica para determinar el ideal de cultura ambiental y de las nuevas pautas de convivencia.

– Aunque la Universidad cuenta con diferentes medios de comunicación para la difusión de la información, es evidente que estos no son suficientes para facilitar el proceso de recepción, comprensión y difusión de los mensajes que se generan internamente relacionados con lo ambiental, debido a que la población de docentes, administrativos y estudiantes que existe en la actualidad es diversa en cuanto a sus necesidades y gustos. Preocupa que, aunque existen diferentes canales formales de comunicación, se prefieran los mecanismos informales, lo que incide negativamente en el manejo integral, veraz, oportuno y efectivo de la información que se produce y circula.

– Falta claridad en el concepto de la comunicación y en su hacer; la mayoría de esfuerzos se destinan a los medios masivos. La comunicación es empleada y comprendida de manera vertical, lo que limita su uso participativo para promover la cultura ambiental que permee todos los niveles de la organización, desde los procesos de información, sensibilización, promoción y formación.

– Los esfuerzos en materia de comunicación que lleva a cabo la Universidad no sólo deben destinarse al diseño de mensajes ambientales para ser difundidos por los medios masivos actuales; es preciso hacer uso de los medios alternativos, considerados importantes herramientas populares de difusión y comunicación. Si la intención es el fomento de las actitudes proambientales entre la comunidad académica y administrativa, es necesario el uso de la comunicación más allá de lo informativo de los medios.

– En la Universidad, el uso de la comunicación en el tema ambiental está enfocado sólo a los procesos de sensibilización e información, desconociendo las múltiples posibilidades que ésta ofrece. Se está en mora de definir la intención de la comunicación (informar, sensibilizar, motivar, promocionar y formar), para el desarrollo de una estrategia integral que promueva pensamientos y comportamientos proambientales para el cambio social.

– Es fundamental avanzar en el trabajo interdisciplinario entre los programas y unidades académicas para la realización de proyectos, programas e iniciativas que aporten al desarrollo de la cultura ambiental en la institución, para seguir ampliando el panorama de análisis del problema, abordar la realidad de manera integral desde diferentes miradas y saberes, comprender el pensamiento y comportamiento de la comunidad frente a la situación, proponer acciones de mejoramiento, definir estrategias a partir de los componentes técnico, social, pedagógico y comunicacional y construir la política ambiental de la Universidad Pontificia Bolivariana Seccional Montería. La presente investigación es solo el primer avance en el tema.

 


NOTAS:

* Este artículo es resultado del proyecto de investigación interdisciplinario ''Análisis del Estado actual de la cultura ambiental de la Universidad Pontificia Bolivariana Seccional Montería'' financiado por la Universidad Pontificia Bolivariana Seccional Montería (Radicado CIDI 163–04/13–G012). (COLOMBIA).


 

Referencias bibliográficas

Beldarrín, E. (2004). En torno al término cultura. Horizontes. Universidad Católica de Puerto Rico: Puerto Rico.

Bayón, P. & Morejón, A. (2005). Cultura ambiental y la construcción de entornos de reproducción social en Cuba: un reto para el siglo 21. Instituto de Filosofía, Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, 1–6.

Programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente. (2005). Programa de las Naciones Unidas para el medio ambiente. Retrieved Febrero 2013, from Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano: http://www.pnuma.org/docamb/mh1972.php

Universidad Pontificia Bolivariana (2005). Proyecto Institucional. Proyecto Institucional. Con la Ciencia,la Cultura y el Evangelio, para la transformación social y humana. Ed: Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín.

Universidad Pontificia Bolivariana (2013). Estatutos Generales de la Universidad. Ed: Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín.