ARTÍCULOS
EL DESEMPLEO EN COLOMBIA: "Visión del Mercado Laboral(1990-2002)"
Grupo de interés empleo*
*Coordinador: Hernán D. Aguiar G. Participante Jahir A. Gutiérrez O.
GRUPO DE ESTUDIO EMPLEO
Es inconcebible que nadie se haya percatado siquiera de lo que se estaba gestando en contra de la estabilidad económica del país al inicio de este decenio.
Con la Constitución del 91, fueron muchos los espacios y sectores trastocados por las doctrinas emanadas en la carta magna; En ella no fueron ajenos el tema laboral, la reforma pública; la política fiscal, la política monetaria, cambiaría y la crediticia, además de la entrada en vigencia en la plataforma nacional de varias entidades, con carácter y funciones autónomas como el Banco de la República y Fiscalía, entre otras.
El cambio conllevó a todos los agentes económicos a tomar partido, buscando su figuración y reconocimiento en las leyes que estaban a las portas de regir el nuevo rumbo de todos los sectores económicos, sociales y políticos.
Los hechos económicos y políticos suscitados, convulsionaron a la economía, desatando la crisis más complicada de los últimos tiempos, caracterizada por el alto déficit fiscal, el déficit comercial, la desaceleración, el bajón en la demanda y desempleo. Esta clasificación prácticamente resume las etapas por las que atraviesa la economía Colombiana.
El presente ensayo permitirá recordar algunos detalles sobre la salud que gozaba la economía Colombiana, al iniciar esta década y su posterior deterioro a finales de la misma.
La inflación, era una de las más altas de Latinoamérica empezando la década de los 90s, pero a diferencia del resto de países de América Latina; era considerada controlable y normal, puesto que algunos vecinos registraban tasas inflacionarias por encima del 1000%.
Al dársele el guiño a la apertura comercial y de capitales el país se vio envuelto y atestado de productos venidos de otros lugares, aumentando por un lado rápidamente la cantidad de bienes importados al país en (3.4% anuales). Las exportaciones se comportaron uniformemente, creciendo a la par con su contrapartida, las importaciones, creciendo al 1.7% anual, reportando un incremento promedio en el PIB de 4.5%, entre (1991 -1994).
El diferencial de la balanza comercial entre exportaciones e importaciones confirmó el grado de dependencia que nuestras exportaciones mantienen para con las materias primas importadas; menos costosas y de mejor calidad que las nacionales.
La buena entrada de la economía Colombiana en el concierto internacional constituyó el mayor acierto, por cuanto hizo descender el desempleo a tasas estructurales del 8% a finales del /94 en primer lugar y en segundo, reducir la inflación del 32,36% al 22,59%, dejando a la economía en posición para quebrantar de una vez la inflación inercia! que por años venia dominando los precios en la economía.
La política cambiaría, por su parte, respondió y se ajusto para no rezagarse ante la cantidad de cambios suscitados con la apertura. El estatuto cambiario (Ley 444 de 1967) se derogó, dando campo a un régimen de bandas que se develaría en 1993. Además, dio potestad para que los ciudadanos pudieran transar libremente con divisas y poseer cuentas de ahorro bajo la misma denominación.
No tardaron en arribar grandes cantidades de divisas, destinadas a la inversión y a la especulación. Este auge de capitales foráneos irrigados en todo el territorio, distorsionar de forma contundente la racionalidad y la sensatez de los agentes económicos. El optimismo contagioso, indujo a que todos; Gobierno, familias y empresarios se dedicaran a gastar por encima de sus ingresos.
Algunos analistas económicos, estudiosos y críticos acérrimos de esta situación, señalaron a los hacedores de política. Gobierno y Junta del Banco de la República, responsables directos de esta penosa situación y consecuente crisis, donde la junta llevó la peor parte.
Con respecto a la junta directiva del Banco de la República su labor quedó a medias. Su lucha fratricida contra la inflación y los desajustes cambiarios, asfixiaron la economía casi de muerte; donde las altas tasas de interés y la defensa de la banda fueron las protagonistas antagónicas, pues la economía se resintió notoriamente por su desempeño.
Retomando. La economía se fue a pique durante el gobierno Samper, Las presiones políticas y sociales desanimaron a todos los agentes económicos. Cuatro niños estuvo el país, injustamente confinado al "destierro" internacional, cuando más se necesitaba del eco y apoyo del exterior.
El proceso 8.000 que descubrió y puso en conocimiento de la comunidad internacional, los nexos del narcotráfico con los círculos más prestantes y representativos, calcino la confianza depositada en el futuro de nuestro país por parle de los agentes Internacionales. Las puertas de la banca multilateral se cerraron y solo entraron préstamos en 1995, conseguidos por el gobierno anterior. La inversión extranjera decayó, la incertidumbre reinó y ante ello, las presiones cambiarías no se hicieron esperar. La Junta Directiva del Banco de la República, intervino ofertando los dólares que el mercado de divisas a su haber demandaba, pero no fue suficiente para calmar los ánimos y lo único que produjo fue la desacumulación de las reservas internacionales del país.
El encaje fue el siguiente instrumento en la baraja del Banco Central. La subida de este para restarle liquidez a la economía, terminó por evaporar el poco aire artificial que todavía le quedaba a la economía Colombiana, porque este instrumento elevó las tasas de interés, deprimiendo las actividades productivas del sector real.
Saturada y desahuciada la economía, el Estado tardíamente busco la manera de reparar el daño ocasionado a la estructura productiva, apunta de gasto público, pero fue peor. En el cuatrienio (94/ 98), el gasto se remontó del 27.6%, a 36% del PIB, donde el efecto expulsión se dio en todo su furor, repercutiendo en las tasas de interés llevándolas a la usura.
Por último, la baja dinámica mundial promovida por las crisis Mexicana, Asiática, Rusa y Brasilera, terminaron por condenar y poner en estado de como los sectores productivos nacionales con presencia del comercio exterior.
Como resultado de dichos acontecimientos; es catastrófica la situación de desempleo que padece el país. No existe sector en la economía nacional donde no se hayan celebrado concordatos, despidos masivos, a causa del bajo crecimiento de la actividad productiva, debido al descenso en el consumo interno y a la caída de las exportaciones hacia países como Ecuador y Venezuela, que de igual manera se encuentran sumidos en una crisis económica y financiera, con repercusiones negativas en la actividad productiva colombiana, que en los últimos tres años (1996 1998), creció vagamente en promedio al 1.8% medido en términos del PIB.
Hoy en día sectores que gozaban del prestigio de ser jalonadores de la economía y generadores de empleo como la industria manufacturera, la construcción y el comercio dejaron de serlo, terminaron vapuleados por la recesión generalizada en nuestro país y en algunos países del resto del mundo.
En el caso de la constricción, su descenso venía desde 1994, tan es así que en 1998 había sido construido solamente el 35% de lo edificado en 1994. a raíz de la caída en la valorización de las construcciones en un 50%. según el ICAV (Instituto Colombiano de A horro y Vivienda), a la cual se sumo lo revelado por el DANE (Departamento Administrativo Nacional de Estadística), acerca del descenso en el valor agregado de la propiedad raíz en un 57%. Todo esto fue escenario, para que se redujeran las solicitudes en las licencias de construcción e incrementarán las pérdidas del sector donde por ejemplo, las empresas dedicadas a la producción de cementos, obtuvieron año corrido utilidades negativas del (17.8%), indicador que expresa la caótica realidad de este sector considerado uno de los principales molo-res de la economía nacional en la generación de empleo, como quiera que es en donde más se vincula mano de obra no calificada. Sin embargo; este no es el único que se encuentra menoscabado por la depresión en la economía.
El comercio, expresó un preocupante retroceso; con pérdidas do (72.71%); mientras que el sector tabacalero tuvo un deprimente descenso en sus ganancias de (65.09%). Ambos sectores deprimidos en primera instancia por el creciente y desmedido contrabando cada día más aferrado. Por otro lado; a la reducción de la demanda y preferencia por los bienes ofrecidos por ellos en particular del comercio mayorista y minorista, (ver: Cuadro 1). Y ni que decir del sector de las bebidas donde las pérdidas iban en (8.25%). siendo los menos golpeados alimentos y el financiero con ganancias de 58 71 y 36.82% respectivamente.
Según Fedesarrollo, el origen de la crisis fue la expansión de la cartera de créditos entre 1992 y 1995, argumentó que tomó fuerza con la conclusión a la que llegaron analistas y consultores económicos, que hallaron en el incontrolable consumo, gasto e inversión, la fuente del problema.
Aunque es relevante el concepto emitido por Fedesarrollo sobre las causas de la crisis, existen muchos otros hechos y elementos que también la explican, uno de ellos; el aumento de la fuerza de trabajo, por la participación de la mujer y de otros miembros del grupo familiar en el caso de los jóvenes en el mercado laboral. Paradójicamente, las mujeres y los jóvenes son el grupo más golpeado por las escasas oportunidades de empleo ofrecidas en el mercado laboral. Así mismo, resulta preocupante con respecto a los adultos que el 20% de los desempleados son jefes de hogar, aproximadamente 300.000 potenciales empleados en las siete ciudades metropolitanas, (ver: cuadro 2).
El crecimiento de la participación de las mujeres y los jóvenes en el mercado laboral obedeció a la disminución en el poder adquisitivo, del cual se estima para el año 2002, será de 12.97%, en el salario mínimo legal recibido hasta el momento por el 25% de los empleados urbanos (Unos 4.000.000 millones).
Las alzas salariales en términos nominales desde principios de los 90s, han sido insuficientes para adquirir el total de la canasta familiar, puesto que solo sirve para adquirirla en un 42%, y si observamos en el (cuadro 3), la tendencia no ha variado y pareciera que seguirá así por algunos años más.
(Es necesario aclarar que la valoración de la canasta familiar tuvo un cambio, puesto que paso de 195 bienes y servicios a 457, que en proximidad explican el salto en el costo de la canasta familiar mensual (CFM) de 1998 en comparación con la de 1999).
A favor tienen los trabajadores asalariados colombianos, los buenos resultados arrojados en la lucha inflacionaria que han contribuido al mejoramiento del salario real, queda lugar para que organismos como la OIT (Organización Internacional del Trabajo), clasifiquen a Colombia como uno de los países con mayor salario real.
Aspectos como la violencia social y política son igualmente culpables del desempleo abierto, ya que han estimulado las migraciones de las poblaciones menos favorecidas y más golpeadas por estos fenómenos hacia las principales ciudades, congestionando y complicando la de por sí, angustiosa situación laboral.
En lo que concierne a la población con mejores condiciones de vida, su salida del país, se volvió costumbre, no sólo por la violencia. La probabilidad de que las cosas en el país no cambien respecto al conflicto político, ha sido otro aliciente más.
En segunda instancia, se miró a los costos asociados a la remuneración laboral, de obstaculizar la posibilidad de crear más vacantes, en vista de la altísima carga que representan. Síntesis, a laque llegaron dirigentes empresariales nacionales, después de conocer un informe del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), en donde se le atribuía a los costos laborales y a las rigideces del sistema laboral, la imposibilidad de contar con nuevas plazas. En este estudio, Colombia ocupó el cuarto lugar entre los países del mundo con estructura laboral rígida. No obstante, este análisis chocó con otro llevado a cabo por la OIT.
Para este organismo el costo por hora laborada en Colombia incluyendo los costos sobre la nómina, es uno de los más bajos. También en esta investigación, se estudió la incidencia del subsidio familiar en los costos totales de producción, comprobándose que únicamente equivalían al 0.6% y su eventual eliminación, no constituiría solución para crear puertos adicionales de trabajo, como así lo consideran Anif, Fedesarrollo y el mismo Gobierno.
Evolución del Desempleo
Como se muestra en el (cuadro 4), ninguna ciudad capital, escapo a la crisis. Santa fe de Bogotá, Medellín Valle de Aburra, Cali y Barranquilla, sintieron con rigor el sobrepeso del desempleo, con las subsiguientes consecuencias erosivas en el bienestar social.
En las ciudades intermedias como Pereira, Cucúta y Villavicencio que dependen de las ciudades metropolitanas, sus economías periféricas, no fueron tan noqueadas por el ciclo recesivo de la economía, pero si fueron en alguna medida lesionadas por la caída en los precios internacionales de sus principales fuentes de ingreso.
En Bucaramanga, Manizales y Pasto integrantes de las siete áreas metropolitanas del país, medianamente se contagiaron de los síntomas depresivos.
De aprobarse la iniciativa del Min Hacienda de reducir el subsidio familiar equivalentes al (4%) en un 25%, se perderían 168.107 empleos directos, y tal vez se crearían con su reestructuración, sólo 70.000, quedando por fuera otros 98.107 cesantes, colapsando de paso el objetivo de llevar el desempleo a la tasa estructural.
Los resultados del informe de la OIT, dieron pie a controvertir los argumentos de quienes pregonan que el origen precisamente del alto desempleo, era la costosa carga laboral. Colombia ocupa el puesto treinta en cuanto a costos unitarios laborales que ascienden a US$2.8/ hora a precios de 1997, unos de los más baratos del mundo.
Por otro lado, lo único que se logró con la reforma laboral del 91 y 93 con sus respectivas ley 50 y ley 100, fue simplemente el incremento de los costos salariales come enseña él (cuadro 5). En promedio, los pagos totales del empleador crecieron de un 47,1 % de los costos salariales a un 52% para nuevos contratos y en un 56%, para los viejos. Para los salarios integrales (modalidad de 10 salarios mínimos), se sitúo en un 33.8%.
Inicialmente, con las reformas se buscaba conseguir más puestos de trabajo permanentes, pero contrariamente, el empleo permanente no varió, pero si su contraparte, el empleo temporal, en razón de sus menores costos, pues no es acreedor a las contribuciones del ISS y no es sujeto usufructo de las cesantías.
El crecimiento del empleo temporal ha sido el resultado de:
1. Los cambios ocurridos en los modos de producción (maquila), en productos cuyos ciclos de vida son diferentes. Se ha pasado de una producción en masa, a formas con una mayor variedad de productos, cuyos ciclos de vida son más cortos.
2. Las estrategias productivas, reduciendo los inventarios y aumentado la producción.
3. La apertura económica, aumentando la in-certidumbre del mercado y las fluctuaciones de la demanda.
4. Los altos costos laborales del personal permanente y el acelerado cambio tecnológico.
5. La expansión y la creciente especialización de los servicios de consultoría y de la intermediación laboral de las agencias de servicio temporal.
La otra forma de ocupación que ha ganado terreno, es el subempleo; surgido en el atraso tecnológico y educativo, la baja productividad y somera competitividad. Supera el 20% de la estructura laboral del país, alrededor de 3.000.000 millones de personas, inmiscuidas en labores de subempleo, conceptualizado como aquella actividad de poca dedicación horaria, con salarios bajos y que no corresponden a la formación profesional o técnica de quien la ejecuta.
Expertos en el derrotero laboral mundial comparten de manera unánime y explícita las causas básicas del desempleo global, categorizadas de la siguiente manera:
1. La búsqueda de tecnologías ahorradoras de mano de obra, se ha visto alentada por la situación demográfica de los países industrializados, en los cuales el estancamiento del crecimiento demográfico en los años 70s y 80s, llevo a una cada vez mayor escasez de fuerza de trabajo.
2. El ahorro de mano de obra ha sido impulsado por el alza en los salarios.
3. Gran parte de la nueva inversión de capital, generadora de innovaciones tecnológicas, es intensiva en capital, poco generadora de empleo.
4. El tipo de tecnología dominante refleja la pauta existente en la distribución del ingreso: el 20% de la población mundial recibe el 80% de tal ingreso. Es hacia donde se orienta, en gran medida, la oferta de bienes y servicios especializados y los desarrollos tecnológicos los cuales no son intensivos en mano de obra.
5. Las privatizaciones en el mundo, las campañas en pro de a productividad y la competitividad, la intensificación de la competería a internacional y las nuevas teorías administrativas (outsourcing, adelgazamiento de plantas de personal, administrativo, la supresión de cargos que no añaden valor al proceso productivo, entre otras), están ejerciendo grandes presiones sobre el aparato productivo para que se reduzca sus niveles de empleo y se altere la estructura ocupacional.
Frente a este horizonte poco alentador y ante la diversidad de sugerencias que se hacen para superar el ensombrecido panorama laboral, no se vislumbran con claridad alternativas atractivas, eficientes y coherentes, que induzcan a la pronta recuperación de la economía y por ende del mercado laboral.
Durante el primer semestre la producción decreció 6% y el desempleo sobrepasó los pronósticos, al llegar a ser del 9.8%. en junio/99, cerca de 1.335.539 desvinculados en las principales ciudades metropolitanas.
Este 19.8%, es producto del desempleo estructural, explicado en un 10%. Es decir; aquella diferencia entre la demanda y oferta de trabajo, o aquel; originado por el poco crecimiento e incipiente productividad, trastornos cambiarios, manejo de políticas macroeconómicas y nula competitividad. El restante 9.8%, obedece al desempleo cíclico justificado por los inconvenientes presentados en sectores específicos como la construcción y la industria manufacturera y que a criterio de quienes estudian el fenómeno del desempleo a escala mundial, es el más fácil de eliminar, porque es vulnerable ante la implementación gradual de políticas económicas en pro del restablecimiento de la tranquilidad en la oferta y demanda laboral en sectores prioritarios para la economía, por su alta sensibilidad social en lo referente a las alternativas de empleo como la industria manufacturera, infraestructura etc.
El PIB desde hace un tiempo se encuentra en franco descenso por la fuerte depresión registrada en la producción. Recientemente el DNP (Departamento Nacional de Planeación), sacó a la luz pública el dato sobre el comportamiento de la industria para el mes de agosto, en el que constató la caída del PIB en 4.8%; las exportaciones en 6.9% y las importaciones en 36.8%, con un resultado favorable por primera vez desde 1992, en la balanza comercial de 0.5% del PIB.
Sobre estas perspectivas tan poco halagüeñas, se propuso reducir el desempleo incrementando las exportaciones. De tener éxito esta iniciativa, se crearían así por cada punto de desempleo setenta mil nuevos empleos, para los tres millones de inactivos localizados en las siete áreas metropolitanas.
En los estudios financieros del Gobierno se tiene, que por lo menos se requieren $6.0 billones para conjurar la crisis. La mitad de estos recursos, tendrían como beneficiarios a la banca pública y el remanente a la banca privada. Así mismo; el gobierno enfiló toda su maquinaria, previa apertura de sesiones en el congreso, con la intención de proponer una reforma laboral, la cual aun no ha entrado en debate y ya tiene dividido y fragmentado al país en dos bandos, gobierno y sindicatos, donde los puntos en disputa que han generado mayor discordia son:
a). Para los futuros contratos, los salarios se regirían por el esquema de salario integral, por un año para los trabajadores entre 18 y 24 años, sin beneficio de contraprestaciones parafiscales, como se contemplaba en esencia en el Plan de Desarrollo.
b). La reducción a la mitad de los pagos de recargos nocturnos, dominicales y festivos, que pasarían a ser compensados con días de descanso en contraprestación a la remuneración salarial
c). La disminución de los aportes parafiscales del 9%. al 8% de la lámina, compuesto por el 4%, para las cajas de compensación familiar; el 3% para el SENA y el 2% para el 1CB1. Los aportes a las cajas serian los afectados, pues es de estos de donde se espera eliminar el 1%.
Estas iniciativas gubernamentales se ampararon, en un concepto emitido por el BID acerca del mercado laboral Colombiano. En él, se habló de la rigidez del sistema laboral, contemplado como el directo responsable de la imposibilidad de crear más empleos, donde el país fue clasificado en cuanto al particular en cuarto lugar, detrás de Honduras, Ecuador y Bolivia.
Para discusión y posterior estudio esta el de rechazar o aprobar la relación inversa hecha por el BID entre la rigidez del sistema laboral y el desempleo. Una cosa es que el sistema laboral sea inflexible y otra muy distinta es que por ello impida la generación de empleo. Conforme a esta prescripción, tomo fuerza el dogma de que en países con estructura laboral es rígida, el descenso en el desempleo es demorado y supremamente lento.
Arduo camino le espera al Gobierno, máxime cuando su propuesta tienen de enemigos a los grandes sindicatos de trabajadores que la señalan de neoliberal, porque va en dirección opuesta a sus intereses, enviando al desagüe los triunfos logrados en materia de prestaciones, al suscribir, la erradicación en gran porcentaje de la carga laboral, aceptando implícitamente los consejos que anteriormente habían hecho organismos como el FMI y el BID en cuanto a la redefinición de una política de empleo que se sustentara en el cambio del régimen laboral.
Según los sindicalistas, el actual Plan de Desarrollo "Cambio para construir la paz " y la vigencia en últimas de la reforma laboral, incidirían para que en el próximo año el desempleo llegará a un insostenible 25%, alrededor de unos 4.2 millones.
Por su parte, el gobierno se ufanó de sus logros en temas tan polémicos como la política fiscal, con el recorte realizado al presupuesto en casi 1 billón de pesos, para evitar tendencias revaluacionistas del peso, la inflación, el aumento de las tasas de interés y la intranquilidad cambiaría.
A su vez; A viva voz pregono que amen a ello detuvo por completo el tren del creciente desempleo y que a su paso, propicio los escenarios necesarios para que la economía creciera al 1.6% a finales de este año y al 1% para el año 2000. Pero, las condiciones internas no están como para esperar la recuperación económica en tampoco tiempo.
En el sector externo, las expectativas positivas que , se le auguraron a las exportaciones se disiparon. Un estudio elaborado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), tiene en vilo a más de la mitad de los países latinoamericanos. En él se resalta la inminente desaceleración del coloso del norte (Estados Unidos), donde estima que apenas crecerá 1.8%, al finalizar el 99, se iniciara un leve pero cuantioso descenso en su actividad productiva, para mejorar su balanza en cuenta corriente y recuperar el terreno perdido con sus competidores naturales, Japón y la Unión Europea, quienes registran superávit. Lo verdaderamente aterrador para las economías latinoamericanas es que Esta-dos Unidos, decida equilibrar su balanza comercial, recortando las importaciones de bienes primarios, traídos desde estas economías, donde Colombia seria si observamos los precedentes, la primera perjudicada, porque desde 1998 el mercado norteamericano pasó a ser el primer comprador de los bienes primarios extraídos en el país y con el ajuste comercial estadounidense, quién sabe a donde ira a parar la economía colombiana que puso sus ojos en el mercado exportador como su carta de salvación.
Ante este futuro sombrío, cada vez se encuentra más lejana la posibilidad de disminuir el desempleo y los estimativos dados por los mismos sindicatos así lo hacen pensar. Hablan de un aumento de la fuerza laboral disponible de 6.651.000 personas a 7.684.000 para el año 2002 y la población ocupada solo pasaría de 5.291.000 personas a 5.757.000, quedando por fuera la actividad laboral 1.291.000 desempleados.
Sin embargo, de todos los sectores no se hicieron esperar propuestas para la solución de la crisis por parte de los sectores de la economía, en el caso de:
Para el Sector de la Construcción e Infraestructura
1. La puesta en marcha de proyectos de obras públicas, aprovechando las mesuradas tasas de interés del mercado para dinamizar la demanda agregada.
2. Acelerar el programa de vivienda de interés social. Según Camacol por cada $50 millones invertidos en vivienda de interés social, se generan dos empleos fijos por año y tres indirectos.
3. Proexport les propuso a las empresas dedicadas a la construcción, incursionar en los mercados de construcción de Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Venezuela, ofreciendo sus servicios, potencialmente en las naciones que han sido o padecido las catástrofes de siniestros climáticos, sismos devastadores etc., que han acabado con la Infraestructura física de estos países.
Para la Industria en general
1. Liquidez con fines productivos
2. Generalizar la propuesta del FES (Fondo de Educación Superior), de aplazar los despidos para no agravar la situación.
3. Crear líneas de crédito para las PYMES (Pequeñas y Medianas Empresas), a través del IFI, BCH (Banco Central Hipotecario) y el Banco del Estado por valor de $1.1 billones para reestructurar las deudas del sector real y mantenerse en el mercado, además de $500.000 millones de Bancoldex para aliviar las obligaciones del sector exportador. El plazo para acceder a estos recursos fue fijado hasta finales de 1999.
Existe otra posibilidad rondando en el escenario económico nacional por lo sana que podría resultar en el coito plazo, dada la coyuntura, pero que en el largo plazo de no gerenciarse con cautela, conduciría de nuevo a un problema de grueso calibre. Consiste en hacer uso de los recursos líquidos no constitutivos de reserva acumulados por los fondos de pensiones y cesantías, que a la postre en la misma cuantía, son en igual suma los que se urgen para palear el costo de la crisis de $6.0 billones. Los Fondos momentáneamente, han invertido tímidamente el 3% de sus ingresos en el sector real y no es por que no quieran invertir más; es porque la ley no se los permite. Por que mínimo deben garantizar a sus afiliados que sus depósitos no corren ningún riesgo y que para tal fin, cumplen con la siguiente minuta:
1. Una rentabilidad básica, la cual no puede ponerse en juego en un mercado bursátil tan pequeño y con grandes altibajos como el que se caracteriza en nuestro país.
2. La existencia de un portafolio sintético. Es decir; Un portafolio que genere liquidez inmediata.
3. Limitar la inversión en el sector real, para proteger el ahorro de los aportantes.
El Gobierno no está tentado, ni interesado, en poner en peligro los aportes depositados en los fondos de pensiones.
Son admirables, el esfuerzo e interés que el Gobierno ha puesto para solucionar en la menor brevedad el problema del desempleo. Sin embargo;
no debe ser él quien lleve a cuestas la responsabilidad de procurar empleo. Los empresarios, banqueros, dirigentes y académicos en general, están invitados a ser participes de la renovación laboral en el país, no para sugerir soluciones inconsistentes e insulsas, sino eficientes y eficaces.
En este orden de ideas podrían proponerse algunas consideraciones básicas:
1. Consolidar los mecanismos e instrumentos necesarios para salvaguardar a sectores que ofrecen bienes y servicios no transables. Las razones sobran. Una de ellas; es que son los sectores en donde más se refugian los incontables oferentes de mano de obra no calificada. 2. Fusionar el IFI (Instituto de Fomento Industrial), la FEN (Financiera Energética Nacional), la FINDETER (Financiera de Desarrollo Territorial) y el FONADE (Fondo Nacional de Desarrollo) en el llamado Fondo Financiero Nacional; Banco de segundo piso, que permitiría otorgar créditos a bajas tasas de interés y apoyo financiero a las actividades productivas del país. 3. Proexport, dio el primer paso al invitar a los constructores a que incursionen en nuevos mercados en otros países, pero no para recuperar las perdidas resultantes de la crisis, sino porque es hora de transformar este sector en otra divisa internacional. 4. Del rotundo éxito o fracaso de las conversaciones de paz se perfilara en el largo plazo, la disminución o incremento del desempleo. 5. Al final, cada sector y subsector de la economía tendrán que sobrevivir o perecer. O sé darán a la misión de sobrevivir o terminaran abatidos por la inclemencia de las fuerzas del mercado. 6. Dejar intacto por algún tiempo el manejo de la banda cambiaría, vía devaluación como solución cíclica a nuestra incompetencia e inoperancia internacional, a fin de presumir cual seria la reacción del mercado colombiano, ante la congelación del subsidio a la exportación ( La devaluación). Si recordamos, nuestro componente exportador aun depende de las materias primas básicas traídas del exterior y la desvalorización de la moneda hecha a través de la devaluación, genera mas pobreza y redunda en menos oportunidades de empleo, por los efectos perversos sobre la demanda y la oferta, porque la competitividad ganada ocasionalmente desaparecería por os sobre costos de los factores de producción importados, que incidirían en el alza de los precios, en el largo plazo, cerrarían a las exportaciones en el comercio internacional. 7. Acabar rotundamente con el mito de hacer programaciones de la economía, sin analizar los parámetros que la determinan. No podemos esperar que las exportaciones nos saquen del abismo, cuando las condiciones externas, no están a la orden del día. Es decir; marchan mal. La economía de Estados Unidos de un instante a otro abandonara su envidiable efemérides de crecimiento para solucionar su déficit comercial. Al igual, Japón se haya en la encrucijada de resolver su elevadísimo desempleo y la Unión Europea como los eclécticos, añora lo mejor con la circulación de la nueva moneda.
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