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INICIOS DE LA PRODUCCIÓN INDUSTRIAL EN ANTIOQUIA

 

 

Alejandro Arbeláez Arango*

*Economista Industrial (U. de M.). Especialización en Economía y Negocios Internacionales (Ude M) Especialización en Gobierno Público (U. de M.) Docente Universidad de Medellín

 

 

"...se debe pensar en la creación de fábricas, de artefactos de uso diario e indispensable, de aquellos que no producimos hoy que pagamos al extranjero a precios exorbitantes". Januario Henáo (Secretario de Hacienda del Dpto.) 1898

Aquella etapa de la historia económica conocida como la "Revolución Industrial", y que implicó la introducción definitiva de la maquinaria en el proceso productivo, comenzó en Manchester (Inglaterra) a mediados del siglo XVIII con la invención (1733) de la máquina para tramar tejidos conocida como "Lanzadera". Esta máquina y otras posteriores incluida la de vapor, dieron una completa renovación a la producción textil, a la industria en general, e incluso, a todas las relaciones de producción en la medida que por el alto costo de las mismas, sólo podían ser adquiridas por grandes capitalistas para ser operadas por una naciente y sobreexplotada clase obrera. Dicha revolución implicó que Inglaterra desplazara a la India como productor mundial de textiles, ya que con las máquinas, la producción inicialmente se duplicó en los años posteriores y fue 10 veces más eficiente que la producción puramente artesanal; todos estos factores llevaron a la industria a alcanzar unos rendimientos de escala nunca antes pensados que permitieron situar a los textiles y demás productos ingleses en toda Europa y América. Estos hechos, posicionaron a Inglaterra como la máxima potencia a escala mundial y a su moneda, la libia, como el patrón de intercambio de mayor aceptación.

Bajo estas circunstancias y posterior al año de 1824, donde con la "Batalla de Ayacucho" el genio de Bolívar (ausente de cuerpo en la misma por su enfermedad, pero reemplazado por el gran Mariscal Sucre) sella definitivamente la independencia de cinco naciones con respecto a la explotación y tiranía española; comienza a darse en las nuevas naciones y particularmente en la región antioqueña relaciones comerciales con países diferentes a España; dichas relaciones se establecen principalmente con Inglaterra a través de representaciones comerciales que antioqueños con capitales procedentes de la minería y su comercio establecen en Kingston (Jamaica). 1

Estas representaciones establecidas en Jamaica buscaban comercializar en el mercado europeo el oro extraído de las minas antioqueñas y a su vez, con el dinero recibido, importar bienes intermedios y finales para el creciente e importante mercado local; de esta manera, las nacientes clases burguesas en Antioquia podían lograr los mismos patrones de consumo de sus similares europeas y adquirir bienes que por lo poco desarrollado del artesanado local, no se ofrecían en el mercado. Adicionalmente, si bien en los Santanderes y Bogotá existía algo de industria, la comunicación con estas regiones era supremamente difícil por la escasez de caminos, a tal punto, que era más barato el transporte de mercancías entre Londres y Medellín que entre Bogotá y Medellín. costó entonces que se volvía prohibitivo para las mercancías nacionales y que atentaba contra el desarrollo de la industria en Colombia, en la medida que era más barato el importar que el producir para exportar regionalmente.

Sin embargo, en la Antioquia de finales del siglo XIX se conjugaron una serie de factores que hicieron posible la creación de industria en la región. Entre los mas importantes se pueden destacar:

• La acumulación primaria de capital de la mano de la arriería por parte de los mineros y rescatantes del siglo XVIII y los cafeteros del siglo XIX, lo que permitió financiar con ahorros propios la compra de maquinaria y equipos industriales.

• La introducción de maquinarias importadas para la minería y trilla del café que en pocos años serían, primero sus repuestos y luego en su totalidad, reproducidas en las ferrarías antioqueñas.

• La llegada de ingenieros ingleses y franceses a las minas, con lo cual su saber se extendería poco a poco por toda la región calificando paulatinamente a la mano de obra existente.

• La institución de los rescatantes en las minas con la cual se desarrolló el comercio a crédito y se estableció el valor de la palabra como sustento de las relaciones comerciales.

• La minería de aluvión a cargo de mineros independientes, que generó en ellos características de empresarios y comerciantes.

• El fortalecimiento por su abundancia del patrón oro como medio de pago, con lo cual se garantizaba liquidez y respaldo al mercado.

• La repartición de tierras hecha por el Gobernador Mon y Velarde y que trajo como consecuencia las pequeñas empresas agrícolas y la democratización de la propiedad.

• La planificación económica desarrollada por Mon y Velarde impulsaron al gremio de los artesanos.

• La creciente demanda por bienes y servicios que ejercían los colonizadores de las regiones cafeteras con lo cual se fortalecía el comercio.

• La construcción del Ferrocarril de Antioquia, que permitía sacar la mercancía a bajísimos costos hasta el río Magdalena, y desde allí, a gran parte de Colombia y a los mercados internacionales.

• La creación en el año de 1870, a cargo del Gobernador Pedro Justo Berrío, de la Escuela de Artes y Oficios, lugar donde se enseñaría técnicas sobre carpintería, herrería, sastrería, hojalatería, dibujo lineal, mecánica y fundición entre otros.

• La Guerra de los Mil Días (1899-1902) que golpearía profundamente la estructura económica y social de departamentos como Tunja, los Santanderes y Bogotá, principales ejes de desarrollo durante los siglos XVII. XVIII y XEX y que impulsaría el surgimiento de Antioquia como región cafetera.

Todas estas circunstancias, sumadas a algunas otras, se conjugarían para que a finales del siglo XIX. comenzara en Antioquia un profundo proceso de creación de industria. Toman allí especial importancia la minería, el comercio ejercido por los rescatantes, el cultivo parcelario del café y la Escuela de Artes y oficios, fundada en el año de 1870 por el gran Gobernador Pedro Justo Berrío. debido a la necesidad que había en la región de producir repuestos para maquinaria tanto para la minería como pura las nacientes empresas de cultivo y trilla de café, ello debido a que la importación de dichas piezas era supremamente costosa no solo por su consecución en el extranjero, sino también por su transporte al lomo de mula hasta Medellín y demás municipios.2

Con la Escuela de Artes y Oficios, tanto en las sedes de Medellín y Rionegro, se avanzó notoriamente en la instrucción y fabricación de máquinas despulpadoras de café, bombas para minería, máquinas de coser e incluso fusiles; además de las anteriores labores, en la Escuela se impartió capacitación en las áreas de carpintería, herrería, sastrería, hojalatería, dibujo lineal, mecánica, fundición, etc.. formando así buena parte de la mano de obra calificada que requerían tanto las industrias ya existentes, como muchas otras que se crearían en los años posteriores.

"Aquí se produjeron en ese entonces, todavía en escala modesta, aunque a veces no tanto que no se exportaran al resto del país, artefactos de ferrería y fundición, de preferencia para las operaciones mineras, meleras y cafeteras, así como distintas herramientas de hierro y acero; telas de lana de algodón y aún de seda nativa, en telares construidos aquí mismo o reformados los que del exterior se importaron; ácido sulfúrico, cerveza, bebidas gaseosas, ladrillos, loza, vidrio, máquinas de coser, cigarrillos, velas y jabones, chocolate, calzado y otros artículos de cuero y de fibras vegetales como al cabuya, etc. Había, pues, un brote de industrialización autóctono, en Medellín o desde aquí promovido y alimentado, sin faltar una mano de obra ya hasta cierto punto especializada y alfabeta, la mujer aflorando en ella inclusive, y era aquí donde se establecían en 1881 las primeras sociedadess anónimas, apenas dictada la ley orgánica de elals en ese año, pero los capitales familiares seguían prevaleciando".3 De esta manera se expresa el escritor Livardo Ospina hablando del Medellín de la segunda mitad del siglo XIX.

Respecto a las industrias de la época, se encuentra a la "Terrería de Amagá" como la primera gran empresa de la época que fabricara bienes intermedios y finales; la Ferrería se fundó en 1865 en el Municipio de Amaga (por la facilidad de obtener carbón para alimentar los hornos) y tenía como fin la fabricación de piezas pequeñas de hierro, piezas que se destinaban a los equipos tanto mineros como cafeteros y que podían alcanzar hasta la mitad del precio de los importados; la ferrería fabricaba entre otros, engranajes, ruedas pelton, ollas de cocina, despulpadoras, parrillas, trapiches y muchos otros implementos que eran comercializados directamente por la ferrería en Salamina, Manizales y Medellín y a través de intermediarios en los Santanderes, Cundinamarca y Cauca.

Adicional a la Ferrería de Amaga y buscando suplir la importación de piezas para la minería, el naciente cultivo del café y la construcción del Ferrocarril de Antioquia, se fundaron diferentes fundiciones en La Estrella. Medellín, Caldas, Girardota, El Zancudo (Titiribí) y otras regiones. Es importante destacar, que además de las grandes fundiciones, en cada región minera o cafetera por más pequeña que fuera, existían pequeños talleres para la reparación de maquinaria y la fabricación de repuestos sencillos.

Otra industria de la época que es importante destacar, es la Locería de Caldas fundada en el año del 881 (hoy Locería Colombiana [Corona]) por antioqueños pero con maquinaria y asesoría alemana en cuanto a la técnica de fabricación de piezas en arcilla, arcilla que inicialmente fue extraída del mismo Municipio pero que rápidamente fue sustituida por materias primas de Rionegro con lo cual mejoró ostensiblemente la calidad y rebajó el precio de sus productos, a tal punto, que una pieza de loza fabricada por la Locería podía valer la mitad y menos que una pieza importada.

En el año de 1890 se funda en la población de Rionegro una fábrica de textiles que produciría en sus inicios colchas, telas, hamacas y alfombras de cabuya entre otros: esta fabrica se llamaría Fábrica Textil de los Andes Fatelares y sería al igual que las demás textileras, pilar fundamental de la economía antioqueña durante gran parte del siglo XX. También en la población de Bello y buscando aprovechar las caídas de agua para la generación de energía, se instala en el año de 1903 una fábrica de textiles con maquinaria enviada por el General Pedro Nel Ospina desde Manchester (Inglaterra) quien había tenido que exiliarse allí a causa de la Guerra de los Mil Días; esta empresa tomó luego el nombre de Compañía Antioqueña de Hilados y Tejidos de Bello (sería absorbida por Fabricato en 1939) y para el año de 1910 contaba con más de 200 telares y 500 obreros en su mayoría mujeres quienes comenzaban a involucrarse en el mercado laboral: un impulso importante a esta naciente empresa lo dio el gobierno Reyes (1904-1909) que le otorgó empréstitos de $ 130 por cada telar y a un interés moderado. Para el año de 1907 se funda la más importante empresa textil de lodo el siglo XX en Colombia, ella será la Compañía Colombiana de Tejidos Coltejer ubicada en Medellín y en sus inicios contaba con 12 obreros, 10 telares y una máquina para fabricar camisas; sin embargo fue tanto su éxito, que sólo 3 años después contaba con 150 telares y más de 100 obreros con la mujer como sexo predominante. Si bien su fundación fue en el año de 1907, su inauguración oficial se haría en 1908 a cargo del Presidente Reyes quien desde Bogotá a través de un hilo de telégrafo puso en marcha la maquinaria4

Coltejer poco a poco se irá consolidando como la más grande textilera nacional y en su expansión absorberá otras empresas como es el caso de Tejidos Rosellón, fábrica creada en el año de 1912 y localizada en envigado, Municipio que ofreció exonerarla de impuestos en sus inicios siempre y cuando contratara mano de obra local. La Compañía de Tejidos Rosellón solo iniciaría labores dos años después contando con 100 telares y en años posteriores, absorbería otras pequeñas textileras para finalmente ser absorbida ella misma por Coltejer.

Paralelamente a estas grandes textileras, se fundarían otras más pequeñas con una extraña mezcla de taller artesanal y pequeña fábrica en municipios como el mismo Medellín. Envigado. Jericó, Sonsón y otros

Con respecto a fábricas de refrescos y bebidas, en el año de 1904 se funda ia Compañía de Gaseosas Posada Tobón Postobón, esta fábrica rápidamente alcanza una dimensión nacional a tal punto, que para el año de 1923 su producción se realiza por fuera del Departamento en un 60% teniendo sucursales en ciudades como Bogotá, Cali, Barranquilla y en el Viejo Caldas. Igualmente en el año de 1904 se crea la Compañía Antioqueña Consolidada con domicilio en el municipio de Itaguí (con el fin de aprovechar las caídas de agua para generación de energía), esta empresa posteriormente se fusionaría en el año de 1923 con la Cervecería La Libertad (su principal competencia) y de esta manera, se convertiría en la actual Cervecería Unión Cervunión. Frente a esta última, en el año de 1905, según datos del historiador Fernando Botero, se realiza nuevamente una suscripción de acciones que fueron adquiridas por 63 personas logrando con ello convertir a la empresa en una verdadera sociedad anónima donde ya no eran una o dos familias las propietarias de la Compañía.

Con respecto a las empresas de alimentos, en el año de 1912 se funda en Medellín la Compañía Harinera Antioqueña que buscaba el procesamiento de trigo; sin embargo, por ser el Departamento una región donde predominaba el consumo del maíz, la fábrica no tuvo mayor éxito y en el año de 1916 se transformó en la Fábrica Nacional de Galletas y Confites El Papagayo para posteriormente tomar el nombre definitivo de Fábrica Nacional de Galletas y Confites Noel, la cual se proyectaría desde ese mismo año a todo el territorio nacional. 5

Su capital inicial fue de mil pesos oro divididos en cien acciones y desde sus inicios empleó la emisión de acciones como mecanismo de capitalización para la financiación de ensanches.

Si bien ya algunas empresas comenzaban a establecerse como sociedades anónimas v realizaban emisión de acciones, la práctica más común para la creación de grandes industrias era la "asociación de iguales". Esta consistía en que personas naturales o importantes familias que habían acumulado grandes fortunas, bien fuera procedentes del café, la minería o del comercio en su mayoría, se unían poniendo su respaldo financiero y buen nombre para crear una empresa de carácter limitado. No sería hasta los años 20 donde verdaderamente se emplearía la práctica de crear empresas de carácter anónimo que aunque la repartición accionaria seguía concentrándose en pocas personas o familias, en todo caso, permitía al pequeño ahorrador incursionar en el mercado accionario.

Fue tal el auge industrializador en Antioquia durante los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX, que en el año de 1905 se celebró en la ciudad la primera feria industrial mostrando claramente la vocación empresarial de la misma. En la feria, estuvieron presentes talleres de fundición, textiles, maquinaria y las principales empresas de la época.

Por último, es importante mencionar un hecho que cerraría esta primera etapa de industrialización antes de la Primera Guerra Mundial, como fue la culminación (o al menos puesta en servicio) del Ferrocarril de Antioquia en su tramo Puerto Berrío-Medellín en el año de 1914, con lo cual se acrecentó aun más el interés por la producción de bienes que ahora podían ser comercializados en las poblaciones del tramo del Ferrocarril, así como en las demás regiones de Colombia a través del río Magdalena.

De esta manera, culmina aquella etapa del proceso industrializador antioqueño que dio pie a la creación de las primeras industrias en el Departamento y el país, y desde el cual se cimentaron las bases para los desarrollos industriales posteriores. Hechos éstos que en su conjunto han permitido, en última instancia, identificar a Antioquia como la región industrial por excelencia durante todo el siglo XX.

 


NOTAS:

1 Molina Londoño, Luis Fernando. La Economía Local en el Siglo XIX. Historia de Medellín (Tomo 1), Pág. 206, Suramericana de Seguros, Bogotá, 1996.

2 Mayor Mora, Alberto. Historia de la Industria Colombiana. 1886-1930. Nueva historia de Colombia (Tomo 4). P. 316-317, Planeta. Bogotá, 1989.

3 Ospina, Libardo. Medellin, sin p. Interprint. Medellín, 1978.

4 Familia Cristiana, septiembre de 1908. Citado por Alberto Mayor Mora en la Historia de la Industria Colombiana (Tomo 4). 1886-1930. Nueva Historia de Colombia, Planeta, Bogotá, 1989.

5 Botero Herrera, Fernando. La industrialización de Antioquia. p. 100. Universidad de Antioquia, Medellín, 1985.


 

BIBLIOGRAFÍA

• Bergquist, Charles W. Café y Conflicto en Colombia, 1886-1910. Medellín, Faes.

• Botero, Fernando. La Industrialización en Antioquia 1900-1930. Medellín. Universidad de Antioquia, 1985.

• Brew. Robert. El Desarrollo Económico de Antioquia desde la Independencia Hasta 1920. Bogotá, Banco de la República. 1977.

• Fermín de Vargas, Pedro. Pensamientos Políticos Siglo XVII-Siglo XVIII. Bogotá. Linotipia Bolívar, 1986. 225p.

• Henáo, Jesús María y Arrubla. Gerardo. Historia "le Colombia. Bogotá, Camacho Roldan. 1929. 811 p.

• Meló, Jorge Orlando (Editor). Historia de Medellín Bogotá. Suramericana de Seguros, 1996. 804p. (dos tomos).

• Ospina, Livardo. Medellín. Medellín, Interprint. 1978.

• Poveda Ramos, Gabriel. Historia Económica de Antioquia. Medellín, Litografía Especial. 1988. 378p.

• Zea, Gloria (Directora). Enciclopedia Nueva Historia de Colombia. Bogotá. Planeta. 1989. (tomo V)