A propósito de una nueva paternidad: el ejemplo Tony
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Resumen
Tony Blair, primer ministro del muy tradicional pueblo inglés, está dando un ejemplo de lo que debería empezar a significar la paternidad en los albores del tercer milenio. Tony Blair, el político, está sacando tiempo para estar con su pequeño hijo recién nacido. Se hace excusar de múltiples eventos propios de sus funciones y de las muy importantes cumbres internacionales. Conociendo la importancia de su cargo en el gobierno y su imagen en los medios, es una actitud portadora de mucho significado para el nuevo siglo que deja indicar que toma su paternidad con seriedad y mucho compromiso. De hecho ya los medios, las mujeres, las feministas y algunos hombres están hablando, a partir del modelo Tony, de la posibilidad de reivindicar una verdadera licencia de paternidad. No como en Colombia: dos días o tres para festejar con los amigos una paternidad que durante mucho tiempo no hacía sino connotar una cultura de la virilidad. No. Me refiero a quince días y, por qué no, dos meses –en los países nórdicos son nueve meses que toma la madre o el padre– para iniciarse en la dura práctica de ser un padre moderno. Con esto me refiero a descubrir una nueva vida, desde la posibilidad de estar allí, desde la mirada amorosa sobre ese nuevo ser, desde la caricia durante el baño, desde la levantada nocturna para un tetero mientras su compañera descansa, desde lo que debería significar una ética del cuidado del otro, a la otra, que no puede seguir siendo un ejercicio cotidiano solo a cargo de las mujeres.
Cómo citar
Thomas, F. (2000). A propósito de una nueva paternidad: el ejemplo Tony. Opinión Jurídica, 1(1), 147–150. Recuperado a partir de https://revistas.udem.edu.co/index.php/opinion/article/view/1287