Filosofía de la máquina. Neo-mecanicismo y post-humanismo
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Resumen
Esta obra de Gerard Chazal y el prefacio de Jean-Claude Beaune son traducciones de Luis Alfonso Palau Castaño, realizadas en Medellín entre los meses de junio y noviembre de 2016, a quien agradecemos la gentileza y colaboración con nuestra revista. Nota del editor de la revista Ciencias Sociales y Educación.
En una obra anterior El espejo autómata (Champ Vallon, 1995)**, al referirse a los grandes informáticos que son von Neumann & Turing (sin olvidar a Descartes, el fundador del problema) G. Chazal se hace la pregunta considerada como crucial, por no decir trágica: '¿pueden las máquinas pensar?'. Hoy la pregunta ya no es la misma y G. Chazal lo tiene en cuenta. Sus numerosas obras de lógica, de epistemología, de historia de la filosofía y de análisis culturales, no le han hecho olvidar esta primera interrogación, central para comprender las relaciones históricas entre la ciencia y la filosofía, pero sobre todo para tener en cuenta los desarrollos fundamentales de la 'informática' que evoluciona, rápida y compleja, en nuestra actualidad. Presenta aquí sobre esos interrogantes esenciales no un balance sino un sistema arborescente de posiciones tomadas por los matemáticos, lingüistas e informáticos importantes (que tienen una real influencia sobre la teoría y la práctica de esas máquinas). Sus análisis y aplicaciones tienen el mérito de la novedad, pero también de la dispersión, y G. Chazal muestra también que existe una verdadera continuidad con los trabajos científicos y las tesis filosóficas anteriores (Descartes, la Mettrie, los filósofos de las Luces, los fisiólogos del siglo XIX, el conductismo, etc.). Hay que insistir en que la posición de Chazal es por entero racionalista, lo que lo conduce primero a rechazar toda interpretación fantasiosa de estos debates actuales, pero también a interrogar de cerca las perspectivas espiritualistas o exterioristas que, quiéraselo o no, solo pueden postular la existencia de un espíritu trascendente que sería el verdadero responsable de los movimientos y producciones de la máquina. Esta, real o virtual, es la preocupación decisiva.
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